Excelente. Héctor Abad, se supera como novelista con esta, su última obra. Una profunda reflexión sobre la condición humana. Una historia trágica y conmovedora, pero en la que se impone la benevolencia ante los sentimientos y los anhelos humanos. La crisis existencial del personaje central de la novela, está muy bien descrita. Héctor en realidad, nos regala un tratado de filosofía, que nos invita a meditar y reflexionar. Es en definitiva, un libro que enriquece nuestro corazón. Será uno de los libros a regalar en las próximas navidades.Recomendado del librero.El sacerdote Luis Córdoba está a la espera de un trasplante de corazón. Es un cura amable, alto, gordo, pero su mismo tamaño hace que no sea fácil encontrar un donante. Como los médicos le aconsejan reposo y su residencia tiene muchas escaleras, recibe hospedaje en una casa donde viven dos mujeres, una de ellas recién separada, y tres niños. Córdoba, que es bueno y culto -crítico de cine y experto en ópera-, goza compartiendo lo que sabe con las mujeres sin esposo y los niños sin padre. Pronto se ve envuelto y fascinado por la vida familiar y, sin pretenderlo, empieza a desempeñar el papel de paterfamilias y a replantearse sus opciones de vida. Salvo mi corazón, todo está bien es la historia de un sacerdote bondadoso -inspirado en un cura real- que pone a prueba sus creencias y su optimismo inquebrantable en un mundo hostil.

Santiago es una historia vivida por el propio escritor en los años 90. Muy conmovedora en su contenido, como un ejemplo para cualquier ciudad en el mundo, por el mal que también pudo haber sido (…PANDEMIA) pero en forma diferente, tal vez disimulada en especial para ciertas clases de personas, aunque Santiago fue una persona común y corriente, le tocó padecerla silenciosamente, sanamente, como era Santiago.

Llevé a los Estados Unidos de Norteamérica, cien ejemplares de este libro con tanto éxito que se convirtieron en un (dicho…) QUE NO LE PASE A USTED LO QUE LE PASÓ A SANTIAGO.

Por falta de documentación para permanecer en dicho país, el libro de Santiago se quedó solo en su frase, hoy en su segunda edición, después de casi treinta años de esta historia, sigue su recuerdo latente y ejemplar.