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¡Que viva la música!
0¡Que Viva la Música! es una novela de iniciación. Es la invitación a una fiesta sin fin, donde su protagonista dejará que el mundo baje hasta el pozo sin fondo de sus propios excesos. Pero con felicidad. Con absoluta dicha. Hay un pacto secreto con la muerte en esta danza de María del Carmen Huerta, la rubia protagonista de sus páginas. Pero es la muerte dulce de las celebraciones: el paisaje, los afectos, la noche, la niñez que huye, la adolescencia triunfal, el rock and roll, los Rolling Stones, la salsa, Ricardo Ray, Bobby Cruz, las drogas, Cali (o Kali, según la ortografía de la narradora). Es, así mismo, una iniciación al descubrimiento de una ciudad colombiana (única, mágica e irrepetible), que comienza por el cielo del norte, con su Avenida Sexta, su parque Versalles y sus parajes mágicos, hasta llegar al infierno del Sur con su caseta Panamericana, su río Pance, sus barrios más allá de Miraflores, su cordillera de los Andes alada y los refugios de la salsa y el sexo.
Andrés Caicedo, el autor de este viaje-hacia-el-deliro verbal, pondría fin a su vida el mismo día en que tuvo el ejemplar publicado de la presente novela. El tiempo pasó mucho más rápido de lo que la muerte anticipa. ¡Que viva la música! se convirtió en un libro de culto, en un manifiesto generacional y en una especie de guía de los excesos, de manual de los bajos instintos, de tesoro de la juventud perdida, el cual se lee con el placer de aquel que se lanza hacia el abismo con una consigna: “tú enrúmbate y después derrúmbate”.
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El libro negro de Andrés Caicedo
0Libro El libro negro. Como el lector empedernido que era, Andrés Caicedo tomaba notas de cuanto leía. De un tirón escribía en su máquina Olivetti sus impresiones sobre los libros y sus autores. Cuando murió dejó un fólder titulado El Libro Negro en el que recogía breves reseñas, de gran agudeza y sarcasmo, irreverentes como todo lo suyo, sobre las decenas de libros, especialmente de literatura, que devoró durante su corta existencia.
Reflexiones escritas con el vigor de un lector prematuro menor de veinticinco años, a quien su pasión por la literatura y la narración no le permitían reposo y lo llevó a perseguir las novedades, recién salidas del horno, en una época en la que los jóvenes leen caóticamente, lo que les cae en las manos, mezclando géneros y autores sin prejuicios ni respeto por ningún canon oficial. “Me hace falta un nuevo fervor por algún escritor, así como lo tuve por Poe, Vargas Llosa, Lowry, Henry James, Hawthorne, Styron”, confiesa Andrés Caicedo en uno de sus diarios de El cuento de mi vida, poco antes de morir.
El Libro Negro es una entretenida obra que puede convertirse en un valioso manual de lectura que nadie debe dejar de leer. Orienta, enseña y entusiasma. Un tesoro para los amantes de la literatura universal, un testimonio sobre el gusto de un ser humano por la lectura. Libro El libro negro. -
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Noche sin fortuna
0“En 1979 Andrés Caicedo se refirió a un texto en el que estaba trabajando -muy violento, según palabras- llamado “Despezcueznarizorejamiento”. Este texto, por lo que intuimos, se convirtió más tarde en esta novela inclasificable y contundente – sin duda una de sus más ambiciosas propuestas literarias- titulada Noche Sin Fortuna, novela en la que Andrés Caicedo trabajaba cuando tomó la decisión de acabar con sus días.
En esta novela desgarradora, surgen aquellos temas que fueron cotidianos para los adolescentes de Cali dd los años setenta, tales como la ciudad, los amigos, la violencia, las drogas, la fiesta y las propias divagaciones a un mundo que se mira, a la vez, con extrañeza y nostalgia. -
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Todos los cuentos Andrés Caicedo
0Recopilada en un sólo volumen toda la narrativa breve, de este escritor caleño, cuyo suicidio, lo convirtió en un mito. Murió joven, como dicen que mueren los elegidos de los dioses. Y entonces, con su muerte, entró hacer parte de la mitología del Cali literario, que escaso de héroes, atrapa al que de alguna manera se destaca. Caicedo, tal vez presintiendo la brevedad que tendría su vida, quiso vivirla frenéticamente, tratando de absorberlo todo, de leer todos los libros, de gozar con la poesía, con el cine, con el amor, con los paraísos artificiales de la droga, todo, sin pausa ni medida. Y claro: sólo le quedó el hastío y la angustia. Su obra todavía no ha recibido el veredicto del tiempo. El Olimpo de los inmortales, es avaro para otorgar la gloria y la inmortalidad.
Todos los cuentos es la colección más ambiciosa de las narraciones breves de Andrés Caicedo Se conserva en parte la organización ya conocida a través de otras ediciones pero con un ingrediente adicional sus narraciones tempranas Entre 1966 y 1969 Caicedo escribió de manera frenética un conjunto impresionante de relatos en los que está, a todas luces, la génesis de su obra posterior Son historias breves, perversas, desencantadas, donde el mundo adolescente se configura hasta los límites del delirio Todos los cuentos reúne 44 relatos distribuidos en cuatro secciones donde se pueden leer historias de terror, de delincuencia juvenil, de amores desencantados, de un Cali de pesadilla y de la conciencia de un joven que se convirtió en un escritor a toda prueba.