Descripción
Este libro recoge, sin lugar a dudas, muchas de las mejores poesías colombianas. Pero también, y en su mayoría, aquellos versos que ha consagrado la memoria del pueblo, no sólo obras que han alcanzado fama nacional y hasta internacional, sino otras que pertenecen al patrimonio sentimental de algunas caracterizadas regiones del país donde existe una tradición de la poesía como canción de queja, reclamo o exaltación, y también como resonancia de una música que ayuda a recordarla. Y, siempre, un respeto por la claridad y dignidad del idioma.
Los lectores, pues, se llevarán gratas sorpresas, cuando no la gratificación del hallazgo de lo que ya conocen y reconocen, de lo que desde antes recitan o evocan… en este homenaje consagratorio a aquellos poetas que, ya fallecidos, siguen vivos para una posteridad agradecida. Es que los poetas son inmortales sólo cuando mueren.
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