Descripción
Leí “Compra un caballo en Estambul” en vilo, lo considero un regalo de la vida. Por deformación profesional, lo confieso, busqué allí el adjetivo superfluo, el comentario moral… Ni lo uno, ni lo otro.
Solo la vida, el buen narrar, el libro para leer con un amigo cómplice, o con ella, la enemiga. Estoy seguro de que Hemingway, paradigma de la concisión y la fuerza lo leería con felicidad.
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