Descripción
Heraclio tiene toda la razón cuando afirma que la clave del éxito no existe, en cambio sí existe el trabajo, el amor, la ciencia, el dinero, el respeto, el valor, la persistencia, el magnetismo y el progreso, entendido desde el humanismo de los heraldos de la Ilustración, en particular el de Voltaire.
Gracias a su memoria laboral, musical e histórica, se adentra desde esa perspectiva en las intimidades del alma humana para invitar al hombre de hoy a no desfallecer, a comprender que incluso en la guerra hay espacios para portarse bien, como es el lema que él quiere dejar como legado a quienes lo lean.
Toda su experiencia vital sale a flote con total sinceridad, como en una confesión consigo mismo sobre sus anhelos, aspiraciones y sueños, tanto los realizados como los malogrados.
Su personalidad acunada en el hogar de antaño donde la honorabilidad y la honradez eran las divisas del ser humano, independientemente de su condición social o económica.
Parte de sus viajes, que lo han llevado por el territorio del imperio más poderoso y tenebroso de la historia humana, al que logra apreciar gracias a las lecturas védicas, surgidas de las entrañas misteriosas de la condición humana.
Todo ello para forjar una sencilla proclama: ¡Portarse bien! Siempre.
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